Cuando la mayoría de las chicas se comprometen, a lo sumo se enfrentan a una suegra desaprobadora, pero en el caso de Tessa Sharpe, es una nación desaprobadora. Nadie en el pequeño reino de Avonia quiere que la ex bloguera anti-real se case con el Príncipe Arturo. Los anti-reales no la han perdonado por abandonar el barco y nadar hasta el yate del Príncipe, y los observadores reales nunca olvidarán todas las cosas horribles que escribió sobre su amada Familia Real.

Contra viento y marea, Tessa tiene solo seis meses para demostrar que es digna del título de Princesa. Su repugnante suegro pondrá todos los obstáculos en su camino, incluida la hermosa, serena y consumada Lady Doctora Brooke Beddingfield. Pero Tessa está decidida a hacer que esto funcione y mantener intacta su incipiente carrera como reportera.

¿Logrará Tessa abrirse camino por el pasillo y encontrar a su príncipe azul esperando? ¿O uno de ellos sucumbirá a la creciente presión y correrá hacia el otro lado antes de que puedan decir que sí?

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Una secuela con mucho drama.

Esta novela inicia meses más tarde de donde concluyó la primera, y ahora Tessa está comprometida con el Príncipe Arturo. Algo mágico que, por desgracia, trae muchas complicaciones.

La cosa con esta secuela es que es una que no se siente completamente necesaria, aunque creo que fue una decente continuación porque creo que es una novela que toca puntos válidos sobre cómo sería si una persona común y corriente acabara siendo la prometida de un futuro rey, porque seamos realistas dudo mucho que sea como en las películas de Disney donde todo funciona a la perfección. La realidad es que debe ser una posición de mucho estrés, ansiedad y que empieces a tener problemas de autoestima. Todo esto es tocado en esta novela pero con un toque más de comedia y ligero.

Al igual que la novela pasada es una para pasar el rato donde la escritura y personajes cumplen con el trabajo.