Hace unos meses…o años.
Cuando salió la primera temporada de Bridgerton, vi un video de la autora Julia Quinn donde hizo un comentario que era similar a esto: «todos los romances necesitan un final feliz», y esto me llevó a pensar el «¿Es esto verdad? ¿Es un final feliz un requisito para un romance?»
Y el día de hoy planeo contestar esta pregunta…

Y la respuesta es que hay cierto debate sobre esto, pero hay una inclinación hacia el sí.
De acuerdo a la asociación de escritores de romance, hay dos reglas en este género: 1) una historia de amor central y 2) un final optimista y emocionalmente satisfactorio.

Todo esto parece indicar que un romance necesita un final feliz; sin embargo, cuando escuchamos «final optimista y emocionalmente satisfactorio» en un romance asumimos que significa que la pareja principal se queda junta, pero se puede argumentar que esto es ambiguo porque no es necesario que la pareja se quede junta para un final optimista y emocionalmente satisfactorio. Sin embargo, parece que hay un acuerdo general de que es necesario que el final sea de la pareja principal quedándose junta.
Esto lleva a otro punto que es que no todas las historias de amor son romances, esto puede llevar un poco al «¿Qué?», pero si lo piensan, una obra literaria puede tener una historia de amor central, pero no ser parte del género romance. O sea, es una línea un poco frágil. Esto lo podemos ver en Normal People de Sally Rooney, o (por supuesto) Romeo y Julieta de Shakespeare.

Esto lleva un poco nuevamente al debate inicial, pero la regla que se toma es que si una historia de amor tiene un final feliz o un final feliz por ahora (que es un poco más ambiguo), este es un romance. Y en el caso de que sea una historia de amor con toques nostálgicos o muy ambiguos, entran en ficción literaria.
Ahora, para simplificar la respuesta, es que diría que no es una regla, pero es un acuerdo que se toma como una regla para el género.