El nombre Memorias de una Geisha podría dar a entender que esta novela escrita por el autor americano Arthur Golden está basada en hechos reales, lo que lleva a la pregunta de ¿Es esto verdad? ¿Está Memorias de una Geisha basada en hechos reales?

La respuesta es…
Esto está complicado de explicar.
La razón es que Arthur Golden si usó la vida de una Geisha verdadera como inspiración, pero está misma geisha lo demandó de difamación y ha criticado fuertemente la novela por su representación de las geishas como “cortesanas” japonesas (básicamente una manera bonita de decir prostitutas), lo que hace que la línea entre lo que está basado en hechos reales y lo que fue alterado sea un tanto borrosa.
La geisha que sirvió como base de esta novela (en su mayoría) se llama Mineko Iwasaki, y fue una de las geishas más populares en los 60s y 70s en Japón hasta su retiro prematuro a los 29 años en 1980.
¿Quién es Mineko Iwasaki?

Mineko Iwasaki, cuyo nombre original era Masako Tanaka, nació en 1949, y a la edad de 5 años fue enviada a la casa de geishas Iwasaki en el distrito de Gion en Kioto para aprender a bailar.
Eventualmente, Madame Oima, la matriarca, la hizo heredera de la casa y así es como Mineko obtuvo el apellido Iwasaki.
A la edad de 15 años, se volvió aprendiz de geisha, y para los 16 años, ya era la geisha más popular de Japón (aunque seguía siendo aprendiz).
A los 21 años, se volvió geisha oficialmente y en los siguientes años llegó a lo más alto de su carrera, conociendo a figuras como la Reina Isabel II y el Príncipe Carlos de Inglaterra. Sin embargo, para los 29 años, Mineko Iwasaki decidió retirarse después de sentirse limitada por la profesión y la necesidad de seguir una estricta tradición. Esto llevaría a que 70% de las geishas de alto rango siguieran sus pasos en un intento de forzar a la comunidad de geishas a abrirse, pero esto resultaría en vano ya que, de acuerdo a la misma Mineko Iwasaki, poco ha cambiado para las geishas actuales.
Arthur Golden conoció a Mineko Iwasaki en los 90’s cuando empezó a hacer su investigación para escribir una novela sobre geishas y Mineko aceptó ser entrevistada por Golden bajo la condición de que no revelará su identidad o la de su familia.
Golden pasó dos semanas en Kioto entrevistado a Iwasaki, donde él le aseguró que la novela sería una representación correcta de la vida de una geisha.
Además de Iwasaki, Arthur Golden entrevistaría a diversas geishas, pero utilizaría la vida de Mineko Iwasaki como la principal guía para moldear la historia de Chiyo Sakamoto / Sayuri Nitta, protagonista de Memorias de una Geisha.
Para cuando se publicó la novela en 1997, se volvió evidente que Arthur Golden no mantuvo ninguna de las dos promesas que le hizo a Mineko Iwasaki.
Arthur Golden reconoció a Mineko Iwasaki por nombre en los agradecimientos de la novela, rompiendo la condición que le había dado cuando aceptó ser entrevistada, y se volvió claro que Golden había alterado la verdad, ya que el autor para hacer la historia más sensacionalista decidió agregar situaciones sexuales, como las geishas vendiendo sexo como prostitutas y las subastas por su virginidad.

Y aunque si hay geishas que realizaban favores sexuales a sus clientes, Mineko Iwasaki siempre rechazó que hubiera aspectos sexuales ritualizados en la vida de las geishas, como ocurren en la novela. Y muchas de las situaciones sexuales que ocurren en Memorias de una Geisha son situaciones más comunes en la profesión conocida como oiran (cortesanas de alto rango en Japón).
Esto fue lo que dijo Mineko Iwasaki en el 2001:
“El sistema bajo el cual operan las geishas se estableció en 1873 y no ha cambiado desde entonces. Aunque algunos barrios de geishas se dedicaron a la prostitución, la mayoría no, y la percepción de que todas las geishas duermen con sus clientes es absolutamente falsa. Somos mujeres orgullosas y exitosas que tenemos derechos absolutos sobre nuestro propio cuerpo»
Como se podría suponer, la novela tuvo terribles ventas en Japón, donde muchos criticaron la novela por la representación de las geishas como prostitutas y por pintar el distrito Gion Kobu como un lugar de promiscuidad en vez de un lugar conocido por el arte superior.
Por su parte, Mineko Iwasaki demandó a Arthur Golden por incumplimiento de contrato y por difamación en el 2001, ya que varios de los eventos de la novela fueron tomados de su vida pero alterados para crear situaciones traumáticas con la intención de crear más drama en la historia, además de que muchos aspectos de la historia simplemente eran erróneos. Iwasaki mencionó que su imagen pública se vio afectada negativamente por su asociación con el personaje, y que había incluso recibido amenazas.
Esto fue lo que dijo:
«Alguien sugirió que me suicidara ritualmente frente a Ichiriki (la casa de té más famosa de Kioto). Me sentí muy amenazada y fue particularmente malo justo después de la publicación del libro. Las cosas se han calmado ahora, pero todavía debo acompañar ocasionalmente a los clientes de mi esposo a las casas de té. Esto puede ser bastante incómodo»
Arthur Golden y Mineko Iwasaki lograron llegar a un acuerdo afuera de las cortes por una suma desconocida de dinero, e Iwasaki publicaría su autobiografía llamada Geisha: A Life en el 2002.
Referencias:
https://www.factinate.com/editorial/real-memoirs-of-a-geisha-mineko-iwasaki/